domingo, octubre 15, 2006

Cuestión de Peso.

Empiezo a escribir hoy con un fin especial.
Hoy quiero comentar un tema que entra en controversión desde donde lo mires.

Lo que pasa es que me indigna ver como las personas rebajan su humanidad en programas televisivos como lo son:
"Cuestión de Peso" y "...Ni solos, ni solas". Así como es incomprensible, o más bien, inaceptable para mí por supuesto, el hecho de como una persona puede prestar su rastro de humanidad a programas en los que juegan con la vida social y personal de una persona, es también detestable el que alguien pueda ser tan hipócrita de expresar que "quiere ayudar" cuando solo tiene ganas de llenarse los bolsillos.

Voy a analizar programa por programa en posts diferentes, porque no tengo mucho tiempo para hablar de los dos.

Cuestión de peso.

Es detestable este programa por el simple hecho de jugar con la salud de un individuo. Algunos pueden definir al programa útil ya que ayuda a las personas enfermas que sufren de obesidad a superarla. Pero ¿realmente lo hacen?
Es decir, lo único que yo veo en ese programa es como derrumban a la persona y a su dignidad. Humillan al individuo en cadena nacional, ya sea que haya bajado o no de peso.
Un ejemplo claro de este episodio aberrante es el hecho de que al bajar de peso, digamos 1kg, regalan a los integrantes del reality un chocolate, es decir, ¡¡¡el programa entero se rige bajo la ley de PREMIO O CASTIGO!!!
"Si bajás te damos un chocolate, si no bajás vamos a privarte de este privilegio y/o descalificarte del juego".
Wow, que profundo y humanizante el programa que sale al aire. (Con sarcasmo)

Aunque tengo muchas cosas en contra, también es necesario decir las honorables de este programa.
Es honorable que organicen una marcha por concretar un proyecto de ley en beneficio de los que padecen obesidad.
También es destacable que la conductora tiene actitudes que permiten a los "jugadores" reconocerse una vez más a sí mismos.
Por ejemplo, bajo la pregunta: -"¿Alguna vez te pusiste una pollera?", "¿Hace cuánto que no lo hacés?"
O también mediante afirmaciones: -"¡Estás re flaco/a!".
Ahora, es inútil mencionarles esto si más tarde al finalizar el programa les gritás: -"Nos vamos, hasta la próxima, ¡quiero ver a los gorditos meneando!" como lo hizo la semana pasada la conductora del mismo.
Tampoco es útil decirle cosas como: -"Sos otra persona".
¿Es necesario no ser más yo, para lograr curarme? ¿Es necesario perder tu identidad con el único propósito de bajar de peso? ¿Está bien alentar a la perdida de la autenticidad, a esconder todo un pasado por el simple hecho de haber sido gordo/a?

Nadie puede decirme que es culpa de los gordos. Hay, también, que comprender que ellos no actúan desde el quietismo. Padecen una enfermedad que es la obesidad, son discriminados por las calles y los lugares públicos. Es comprensible que ellos busquen y aborden la primer opción que se les presenta para saciar sus ganas de no ser más una persona enferma y discriminada. Pero hay que comprender que actúan desde la desesperación y nadie que actúe a partir de la desesperación puede analizar la situación más allá del nudo que se intenta resolver. Es decir, ningún gordo pensó en la posibilidad de que luego de terminar el programa y abandonarlo con 53kg por la calle puedan discriminarlo de otras maneras afectando en ellos y en doble medida.

Por ejemplo, ¿Cómo te sentirías vos si después de haber tenido un compromiso con la sociedad y con vos mismo, de haber bajado 50kg para finalizar con la discriminación que te presionaba, por la calle no se terminen las burlas si no que empiecen a decirte: -"Ahí va el gordo que fue a cuestión de peso, ¡¡Eyyy gordo!! ¿Dejaste los postres?"?

Digo que es doblemente grave por el hecho de que ya no sabrías que hacer para finalizar con esto que te duele tanto. Porque sentirías una impotencia muy grande, nada de lo que hagas va a terminar con la condena que te acosa.
Debe ser tan doloroso y tan humillante que podría hasta incitar, lamentablemente, al suicidio en el peor de los casos.

Muchos pueden decir, entoncés no ofrecer ayuda sería el mejor camino. ¡NO!
Cormillot no tendría que ayudar a los obesos a tomar medidas para remediar su enfermedad. ¡NO!

Ninguna de estas cosas. Cormillot, si tiene tantas ganas de ayudar, que no lo haga en cadena nacional, no lo hagas exponiendo a participantes para que todos vean como corren en una cinta para bajar de peso o haciendo visibles conflictos internos entre participantes para la diversión del espectador. No digo que no proporcione ayuda, porque es asombroso que lo haga (aunque de esto debería ocuparse el Estado). Solo que tendrías que dejar los intereses lucrativos de lado y no esconderlos bajo la pobre y ya desgastada dignidad, la derrumbada humanidad y la descartada identidad de los individuos como vos y como yo.

domingo, septiembre 24, 2006

Los Dinosaurios

¿Dónde están?

miércoles, agosto 23, 2006

Ahora.

La plena oscuridad queda alumbrada de golpe.
Me toma de imprevisto sentado en esa cama.
Encandila mi mirada. Me cega y ríe. Me golpea y cae... y caigo.
Siento mi cabeza estallar contra la almohada.
Me deja sin otra reacción que mirar al techo, blanco ... ahora negro.
Lleno de imagenes. Y siento voces... ahora una voz.
Y siento cerrarse mis pulmones, palpitar mi corazón... ahora más rápido.
Y siento ganas de llorar, ahora sonriendo... ahora pensativo... ahora me dejo llevar.
Y desarmo esa cama... ahora es colchón.
Y ahogo mi voz con la almohada... ahora llanto.
Y susurro despacio... ahora grito con fuerza.
Y desconcentra mi cabeza el "te quiero"... ahora "te amo".

lunes, julio 24, 2006

Caminar.

Hubo una caricia en el alma tan brusca que me hizo llorar.
Una mirada tan furtiva que me cautivo.
Una sonrisa tan perfecta que me encandilo.
Estas lágrimas no son dañinas ni productos de puñales. No.
Quédate tranquila que son las lágrimas más honestas, sinceras, y de las únicas que yo podría estar escribiendo con tanto orgullo, porque demuestran un amor indescriptible, un horizonte en verdad eterno, unos sueños que poco a poco, pero asombrosamente, van creciendo cada vez más, y desvanecen esa línea grabada a fuego entre la razón y el corazón.
Camino mi camino, ese que es de tierra, el tan vulnerable y el que demuestra tantas huellas de tantos caminantes.
Ese inundado del ruido de los pasos de todas las personas que, por lo menos por poco tiempo, arrastraron sus pies y decidieron caminar y forjarlo, un camino con una sabiduría grandiosa pero con mucho que aprender aún, con un espíritu de acompañamiento inmenso y la predisposición de ayudar en todo momento.
Ese que se banco tanto y ese que siempre permitió sentarse y llorarle, mojarlo y marcarlo. Pasar las manos por la tierra, pisada por tanta gente, juntarla y besarla, saber que siempre puedo aprender si miro atrás, si junto mi pasado con mi mano, la veo y la siento parte de mí.

Trepé la pared del cuarto más vacío, en ese que gritar no sirve de nada.
En el que los ecos de tus propias palabras solo son escuchados por tus propios oídos.
Trepé porque creí que tenía que haber algo mejor, porque miraba hacia arriba y veía un rastro de luz entre tanta oscuridad.
Trepé porque no me resignaba a seguir sufriendo entre los inconscientes ecos de aquellas palabras que dolían.
Fue por trepar que hoy estoy llorando de alegría, por pelearla desde abajo, por soñar que la oscuridad se puede transformar en luz; que la tristeza se puede transformar en alegría; y que el dolor de palabras necias se pueda transformar en la tranquilidad de palabras sabias.
Y fue por trepar esa habitación tan hundida en la soledad que también te ví. Ví tus ojos, tu sonrisa, tu pelo.
Escuche tus palabras tan tímidas, tu risa tan llena de calidez.
Y hoy puedo caminar por la calle y siempre llevo una imagen tuya en mis pupilas, y siempre llevo una sonrisa grabada en mi cara, y siempre traigo en mi mente el recuerdo de tu voz.
Y hoy puedo caminar por la calle y siempre voy a desear verte, y siempre voy a extrañarte.
Y solo los que pasan muy de cerca pueden escuchar el himno de mi corazón que sigue cantando tu nombre con una entonación particular.
Te mentiría si dijera que no pienso en vos, porque ni siquiera en mis sueños dejás de ser protagonista, porque sos dueña hasta de mis pasos y porque sin vos ya no sé por que camino andar.
Faltaría a mi palabra si no te contaría que por la calle no me olvido de vos, y que esa sonrisa, ese recuerdo, esa imagen, ese canto, esas ganas de verte que me invaden todo el tiempo, son acompañadas muchas veces por lágrimas, esas lágrimas que tanto alabe.

domingo, julio 09, 2006

Carta abierta de Rodolfo Walsh a la Junta Militar



La censura de prensa, la persecución a intelectuales, el allanamiento de mi casa en el Tigre, el asesinato de amigos queridos y la pérdida de una hija que murió combatiéndolos, son algunos de los hechos que me obligan a esta forma de expresión clandestina después de haber opinado libremente como escritor y periodista durante casi treinta años.
El primer aniversario de esta Junta Militar ha motivado un balance de la acción de gobierno en documentos y discursos oficiales, donde lo que ustedes llaman aciertos son errores, los que reconocen como errores son crímenes y lo que omiten son calamidades.
El 24 de marzo de 1976 derrocaron ustedes a un gobierno del que formaban parte, a cuyo desprestigio contribuyeron como ejecutores de su política represiva, y cuyo término estaba señalado por elecciones convocadas para nueve meses más tarde. En esa perspectiva lo que ustedes liquidaron no fue el mandato transitorio de Isabel Martínez sino la posibilidad de un proceso democrático donde el pueblo remediara males que ustedes continuaron y agravaron.
Ilegítimo en su origen, el gobierno que ustedes ejercen pudo legitimarse en los hechos recuperando el programa en que coincidieron en las elecciones de 1973 el ochenta por ciento de los argentinos y que sigue en pie como expresión objetiva de la voluntad del pueblo, único significado posible de ese "ser nacional" que ustedes invocan tan a menudo.

Invirtiendo ese camino han restaurado ustedes la corriente de ideas e intereses de minorías derrotadas que traban el desarrollo de las fuerzas productivtas, explotan al pueblo y disgregan la Nación. Una política semejante sólo puede imponerse transitoriamente prohibiendo los partidos, interviniendo los sindicatos, amordazando la prensa e implantando el terror más profundo que ha conocido la sociedad argentina.
Quince mil desaparecidos, diez mil presos, cuatro mil muertos, decenas de miles de desterrados son la cifra desnuda de ese terror.
Colmadas las cárceles ordinarias, crearon ustedes en las principales guarniciones del país virtuales campos de concentración donde no entra ningún juez, abogado, periodista, observador internacional. El secreto militar de los procedimientos, invocado como necesidad de la investigación, convierte a la mayoría de las detenciones en secuestros que permiten la tortura sin límite y el fusilamiento sin juicio.
Más de siete mil recursos de hábeas corpus han sido contestados negativamente este último año. En otros miles de casos de desaparición el recurso ni siquiera se ha presentado porque se conoce de antemano su inutilidad o porque no se encuentra abogado que ose presentarlo después que los cincuenta o sesenta que lo hacían fueron a su turno secuestrados.
De este modo han despojado ustedes a la tortura de su límite en el tiempo. Como el detenido no existe, no hay posibilidad de presentarlo al juez en diez días según manda un ley que fue respetada aún en las cumbres represivas de anteriores dictaduras.
La falta de límite en el tiempo ha sido complementada con la falta de límite en los métodos, retrocediendo a épocas en que se operó directamente sobre las articulaciones y las vísceras de las víctimas, ahora con auxiliares quirúrgicos y farmacológicos de que no dispusieron los antiguos verdugos. El potro, el torno, el despellejamiento en vida, la sierra de los inquisidores medievales reaparecen en los testimonios junto con la picana y el "submarino", el soplete de las actualizaciones contemporáneas.

Mediante sucesivas concesiones al supuesto de que el fin de exterminar a la guerilla justifica todos los medios que usan, han llegado ustedes a la tortura absoluta, intemporal, metafísica en la medida que el fin original de obtener información se extravía en las mentes perturbadas que la administran para ceder al impulso de machacar la sustancia humana hasta quebrarla y hacerle perder la dignidad que perdió el verdugo, que ustedes mismos han perdido.
La negativa de esa Junta a publicar los nombres de los prisioneros es asimismo la cobertura de una sistemática ejecución de rehenes en lugares descampados y horas de la madrugada con el pretexto de fraguados combates e imaginarias tentativas de fuga.
Extremistas que panfletean el campo, pintan acequias o se amontonan de a diez en vehículos que se incendian son los estereotipos de un libreto que no está hecho para ser creído sino para burlar la reacción internacional ante ejecuciones en regla mientras en lo interno se subraya el carácter de represalias desatadas en los mismos lugares y en fecha inmediata a las acciones guerrilleras.
Setenta fusilados tras la bomba en Seguridad Federal, 55 en respuesta a la voladura del Departamento de Policía de La Plata, 30 por el atentado en el Ministerio de Defensa, 40 en la Masacre del Año Nuevo que siguió a la muerte del coronel Castellanos, 19 tras la explosión que destruyó la comisaría de Ciudadela forman parte de 1.200 ejecuciones en 300 supuestos combates donde el oponente no tuvo heridos y las fuerzas a su mando no tuvieron muertos.
Depositarios de una culpa colectiva abolida en las normas civilizadas de justicia,incapaces de influir en la política que dicta los hechos por los cuales son represaliados, muchos de esos rehenes son delegados sindicales, intelectuales, familiares de guerrilleros, opositores no armados, simples sospechosos a los que se mata para equilibrar la balanza de las bajas según la doctrina extranjera de "cuenta-cadáveres" que usaron los SS en los países ocupados y los invasores en Vietnam.
El remate de guerrilleros heridos o capturados en combates reales es asimismo una evidencia que surge de los comunicados militares que en un año atribuyeron a la guerrilla 600 muertos y sólo 10 ó 15 heridos, proporción desconocida en los más encarnizados conflictos. Esta impresión es confirmada por un muestreo periodístico de circulación clandestina que revela que entre el 18 de diciembre de 1976 y el 3 de febrero de 1977, en 40 acciones reales, las fuerzas legales tuvieron 23 muertos y 40 heridos, y la guerrilla 63 muertos.
Más de cien procesados han sido igualmente abatidos en tentativas de fuga cuyo relato oficial tampoco está destinado a que alguien lo crea sino a prevenir a la guerrilla y Ios partidos de que aún los presos reconocidos son la reserva estratégica de las represalias de que disponen los Comandantes de Cuerpo según la marcha de los combates, la conveniencia didáctica o el humor del momento.
Así ha ganado sus laureles el general Benjamín Menéndez, jefe del Tercer Cuerpo de Ejército, antes del 24 de marzo con el asesinato de Marcos Osatinsky, detenido en Córdoba, después con la muerte de Hugo Vaca Narvaja y otros cincuenta prisioneros en variadas aplicaciones de la ley de fuga ejecutadas sin piedad y narradas sin pudor.

El asesinato de Dardo Cabo, detenido en abril de 1975, fusilado el 6 de enero de 1977 con otros siete prisioneros en jurisdicción del Primer Cuerpo de Ejército que manda el general Suárez Masson, revela que estos episodios no son desbordes de algunos centuriones alucinados sino la política misma que ustedes planifican en sus estados mayores, discuten en sus reuniones de gabinete, imponen como comandantes en jefe de las 3 Armas y aprueban como miembros de la Junta de Gobierno.
Entre mil quinientas y tres mil personas han sido masacradas en secreto después que ustedes prohibieron informar sobre hallazgos de cadáveres que en algunos casos han trascendido, sin embargo, por afectar a otros países, por su magnitud genocida o por el espanto provocado entre sus propias fuerzas.
Veinticinco cuerpos mutilados afloraron entre marzo y octubre de 1976 en las costas uruguayas, pequeña parte quizás del cargamento de torturados hasta la muerte en la Escuela de Mecánica de la Armada, fondeados en el Río de la Plata por buques de esa fuerza, incluyendo el chico de 15 años, Floreal Avellaneda, atado de pies y manos, "con lastimaduras en la región anal y fracturas visibles" según su autopsia.
Un verdadero cementerio lacustre descubrió en agosto de 1976 un vecino que buceaba en el Lago San Roque de Córdoba, acudió a la comisaría donde no le recibieron la denuncia y escribió a los diarios que no la publicaron.
Treinta y cuatro cadáveres en Buenos Aires entre el 3 y el 9 de abril de 1976, ocho en San Telmo el 4 de julio, diez en el Río Luján el 9 de octubre, sirven de marco a las masacres del 20 de agosto que apilaron 30 muertos a 15 kilómetros de Campo de Mayo y 17 en Lomas de Zamora.
En esos enunciados se agota la ficción de bandas de derecha, presuntas herederas de las 3 A de López Rega, capaces dc atravesar la mayor guarnición del país en camiones militares, de alfombrar de muertos el Río de la Plata o de arrojar prisioneros al mar desde los transportes de la Primera Brigada Aérea, sin que se enteren el general Videla, el almirante Massera o el brigadier Agosti. Las 3 A son hoy las 3 Armas, y la Junta que ustedes presiden no es el fiel de la balanza entre "violencias de distintos signos" ni el árbitro justo entre "dos terrorismos", sino la fuente misma del terror que ha perdido el rumbo y sólo puede balbucear el discurso de la muerte.
La misma continuidad histórica liga el asesinato del general Carlos Prats, durante el anterior gobierno, con el secuestro y muerte del general Juan José Torres, Zelmar Michelini, Héctor Gutiérrez Ruíz y decenas de asilados en quienes se ha querido asesinar la posibilidad de procesos democráticos en Chile, Boliva y Uruguay.
La segura participación en esos crímenes del Departamento de Asuntos Extranjeros de la Policía Federal, conducido por oficiales becados de la CIA a través de la AID, como los comisarios Juan Gattei y Antonio Gettor, sometidos ellos mismos a la autoridad de Mr. Gardener Hathaway, Station Chief de la CIA en Argentina, es semillero de futuras revelaciones como las que hoy sacuden a la comunidad internacional que no han de agotarse siquiera cuando se esclarezcan el papel de esa agencia y de altos jefes del Ejército, encabezados por el general Menéndez, en la creación de la Logia Libertadores de América, que reemplazó a las 3 A hasta que su papel global fue asumido por esa Junta en nombre de las 3 Armas.
Este cuadro de exterminio no excluye siquiera el arreglo personal de cuentas como el asesinato del capitán Horacio Gándara, quien desde hace una década investigaba los negociados de altos jefes de la Marina, o del periodista de "Prensa Libre" Horacio Novillo apuñalado y calcinado, después que ese diario denunció las conexiones del ministro Martínez de Hoz con monopolios internacionales.

A la luz de estos episodios cobra su significado final la definición de la guerra pronunciada por uno de sus jefes: "La lucha que libramos no reconoce límites morales ni naturales, se realiza más allá del bien y del mal".
Estos hechos, que sacuden la conciencia del mundo civilizado, no son sin embargo los que mayores sufrimientos han traído al pueblo argentino ni las peores violaciones de los derechos humanos en que ustedes incurren. En la política económica de ese gobierno debe buscarse no sólo la explicación de sus crímenes sino una atrocidad mayor que castiga a millones de seres humanos con la miseria planificada.
En un año han reducido ustedes el salario real de los trabajadores al 40%, disminuido su participación en el ingreso nacional al 30%, elevado de 6 a 18 horas la jornada de labor que necesita un obrero para pagar la canasta familiar, resucitando así formas de trabajo forzado que no persisten ni en los últimos reductos coloniales.

Congelando salarios a culatazos mientras los precios suben en las puntas de las bayonetas, aboliendo toda forma de reclamación colectiva, prohibiendo asambleas y comisioncs internas, alargando horarios, elevando la desocupación al récord del 9%
prometiendo aumentarla con 300.000 nuevos despidos, han retrotraído las relaciones de producción a los comienzos de la era industrial, y cuando los trabajadores han querido protestar los han calificados de subversivos, secuestrando cuerpos enteros de delegados que en algunos casos aparecieron muertos, y en otros no aparecieron.
Los resultados de esa política han sido fulminantes. En este primer año de gobierno el consumo de alimentos ha disminuido el 40%, el de ropa más del 50%, el de medicinas ha desaparecido prácticamente en las capas populares. Ya hay zonas del Gran Buenos Aires donde la mortalidad infantil supera el 30%, cifra que nos iguala con Rhodesia, Dahomey o las Guayanas; enfermedades como la diarrea estival, las parasitosis y hasta la rabia en que las cifras trepan hacia marcas mundiales o las superan. Como si esas fueran metas deseadas y buscadas, han reducido ustedes el presupuesto de la salud pública a menos de un tercio de los gastos militares, suprimiendo hasta los hospitales gratuitos mientras centenares de médicos, profesionales y técnicos se suman al éxodo provocado por el terror, los bajos sueldos o la "racionalización".
Basta andar unas horas por el Gran Buenos Aires para comprobar la rapidez con que semejante política la convirtió en una villa miseria de diez millones de habitantes. Ciudades a media luz, barrios enteros sin agua porque las industrias monopólicas saquean las napas subtérráneas, millares de cuadras convertidas en un solo bache porque ustedes sólo pavimentan los barrios militares y adornan la Plaza de Mayo , el río más grande del mundo contaminado en todas sus playas porque los socios del ministro Martínez de Hoz arrojan en él sus residuos industriales, y la única medida de gobierno que ustedes han tomado es prohibir a la gente que se bañe.
Tampoco en las metas abstractas de la economía, a las que suelen llamar "el país", han sido ustedes más afortutunados. Un descenso del producto bruto que orilla el 3%, una deuda exterior que alcanza a 600 dólares por habitante, una inflación anual del 400%, un aumento del circulante que en solo una semana de diciembre llegó al 9%, una baja del 13% en la inversión externa constituyen también marcas mundiales, raro fruto de la fría deliberación y la cruda inepcia.
Mientras todas las funciones creadoras y protectoras del Estado se atrofian hasta disolverse en la pura anemia, una sola crece y se vuelve autónoma. Mil ochocientos millones de dólares que equivalen a la mitad de las exportaciones argentinas presupuestados para Seguridad y Defensa en 1977, cuatro mil nuevas plazas de agentes en la Policía Federal, doce mil en la provincia de Buenos Aires con sueldos que duplican el de un obrero industrial y triplican el de un director de escuela, mientras en secreto se elevan los propios sueldos militares a partir de febrero en un 120%, prueban que no hay congelación ni desocupación en el reino de la tortura y de la muerte, único campo de la actividad argentina donde el producto crece y donde la cotización por guerrillero abatido sube más rápido que el dólar.
Dictada por el Fondo Monetario Internacional según una receta que se aplica indistintamente al Zaire o a Chile, a Uruguay o Indonesia, la política económica de esa Junta sólo reconoce como beneficiarios a la vieja oligarquía ganadera, la nueva oligarquía especuladora y un grupo selecto de monopolios internacionales encabezados por la ITT, la Esso, las automotrices, la U.S.Steel, la Siemens, al que están ligados personalmente el ministro Martínez de Hoz y todos los miembros de su gabinete.
Un aumento del 722% en los precios de la producción animal en 1976 define la magnitud de la restauración oligárquica emprendida por Martínez de Hoz en consonancia con el credo de la Sociedad Rural expuesto por su presidente Celedonio Pereda: "Llena de asombro que ciertos grupos pequeños pero activos sigan insistiendo en que los alimentos deben ser baratos".
El espectáculo de una Bolsa de Comercio donde en una semana ha sido posible para algunos ganar sin trabajar el cien y el doscientos por ciento, donde hay empresas que de la noche a la mañana duplicaron su capital sin producir más que antes, la rueda loca de la especulación en dólares, letras, valores ajustables, la usura simple que ya calcula el interés por hora, son hechos bien curiosos bajo un gobierno que venía a acabar con el "festín de los corruptos".

Desnacionalizando bancos se ponen el ahorro y el crédito nacional en manos de la banca extranjera, indemnizando a la ITT y a la Siemens se premia a empresas que estafaron al Estado, devolviendo las bocas de expendio se aumentan las ganancias de la Shell y la Esso, rebajando los aranceles aduaneros se crean empleos en Hong Kong o Singapur y desocupación en la Argentina. Frente al conjunto de esos hechos cabe preguntarse quiénes son los apátridas de los comunicados oficiales, dónde están los mercenarios al servicio de intereses foráneos, cuál es la ideologia que amenaza al ser nacional.

Si una propaganda abrumadora, reflejo deforme de hechos malvados no pretendiera que esa Junta procura la paz, que el general Videla defiende los derechos humanos o que el almirante Massera ama la vida, aún cabría pedir a los señores Comandantes en Jefe de las 3 Armas que meditaran sobre el abismo al que conducen al país tras la ilusión de ganar una guerra que, aún si mataran al último guerrillero, no haría más que empezar bajo nuevas formas, porque las causas que hace más de veinte años mueven la resistencia del pueblo argentino no estarán dcsaparecidas sino agravadas por el recuerdo del estrago causado y la revelación de las atrocidades cometidas.

Estas son las reflexiones que en el primer aniversario de su infausto gobierno he querido hacer llegar a los miembros de esa Junta, sin esperanza de ser escuchado, con la certeza de ser perseguido, pero fiel al compromiso que asumí hace mucho tiempo de dar testimonio en momentos difíciles.


Rodolfo Walsh. - C.I. 2845022

Buenos Aires, 24 de marzo de 1977.


martes, mayo 30, 2006

Regresando a la infancia

Necesito escribir porque no puedo sacar lo que siento así nomás.
¿No te pasa que es mucho lo que querés decir y no lo podés expresar con tres palabras?
Bueno, me pasa. Me vuelvo loco hasta que no escribo. Me exaspera no poder contar algo.
Es más fuerte que yo, pero no es solo abrir el Word y escribir, en el caso de la computadora. No. Es mucho más que eso. Influye mucho la letra que yo veo cuando escribo. Odio la Times New Roman. La odio. Me predispone mal. Me aburre. Me enloquece. Me enfurece. Y bueno, la cambio ya con mal humor. Y después lo dejo para el final.
En fin, la escritura no es tan fácil, claro que no. La escritura es el arte de expresar ciertas palabras en una forma armónica de manera tal que cuenten lo más parecido posible, lo que vos querés transmitir.
Me remito a una frase conocida de un grupo conocido (para mí, por lo menos) “Soy un solitario transmitiendo un mensaje”. Claro, lo dice todo. Quien puede negarme que el que se dedica a escribir en su tiempo libre no es un solitario con algo que decir. Nadie. Siempre se está solo cuando se escribe, siempre hay algo que contar. Siempre hay algo que manifestar a través de dos, diez, mil palabras, siempre hay algo que decir.
Quizás sería mejor que me preocupe por transmitir lo que quiero escribir, pero… al fin y al cabo, esto es parte de lo que quiero decir. Digamos, yo abrí el Word con una intención determinada, expresar mi malestar. Pero me surgió otro tema, el mismo de siempre, el problema del escritor. Y decidí escribirlo, desquitándolo quizás logre no preocuparme más.
Digamos que sería más adecuado ir al grano. Finiquitar lo que venía a decir. No irme por las ramas. Caer de golpe y contarlo. Escupirlo. Solo un problema más. Se olvidan de las armonías.
¡Claro!
¿Vos crees que yo voy a decirlo sin emitir a una rima enloquecidamente agradable para el lector?
¡Claro que no!
Siempre hay un seguimiento anterior a cualquier escrito. Repasar mi vocabulario, mi memoria y mi persona. Elegir la forma, la combinación de palabras, la emoción.
Es una apasionante forma de ver las cosas. Un entretenimiento sin riesgos. Aunque, pensándolo bien. Sí, hay riesgo. Caer en el llanto. Me pasó, no creas que no. Pero es, más allá de lo que digan, hermoso. Sentirse persona. Humano. Tener corazón. Sensación insuperable. Indescriptible.
Y sí. Me sigo yendo por las ramas. Es que las palabras te llevan solas. Tienen poder. Tienen vida propia. Creeme.
Volviendo al tema central, que lo estamos dejando olvidado, escribo para contarle al que pueda y quiera leer esto, sobre todo quiera, el poder pende de tu propio criterio, que me siento terriblemente mal.
Ahora te estarás preguntando, espero, sino, no lo leas más, qué me habrá pasado. Bueno, respondo a tu pregunta con lo siguiente. Me di cuenta, y esto no es reciente, que las personas van olvidando su infancia por completo.
¿De qué estás hablando Willis? Claro, hablo de que la gente no puede disfrutar de la vida.
Reír se te olvida cuando creces, y algunos adultos que leen esto me pueden decir, yo me sigo riendo.
Pero por supuesto.
No es esa risa a la que me refiero. Me refiero a lo ingenuo, lo infantil, lo tonto, lo verdaderamente importante, lo que la sociedad puso a un lado, eso que parece una pelotudez inmensa. ¡ESO!
Sabés lo que vale poder decir yo sigo siendo un pibe. Poder vivir la vida como un pibe. Seguir creciendo día a día como un nene que quiere conocer el mundo. Poder reírte con la ingenuidad que solo un nene tiene. Es irremplazable.
Y no solo me da bronca que la gente grande se haya olvidado de esto. Me da bronca que no te dejen vivir así. Porque al fin y al cabo, si no rescatás la infancia, es cierto, se puede vivir.
Pero, no es lo mismo. Yo quiero vivir recordando como lo hacía un nene. Poder disfrutar de cada momento como si fuera un nuevo descubrimiento de este mundo. Y no es vivir como nene en todo aspecto, no voy a hacer el avioncito cada vez que quiera comer. Solo recordar la infancia. No olvidarla, a pesar de que crezcas, mantener recuerdos frescos día a día. Sin importar que es lo que digan.
Y eso hoy en día lamentablemente no se puede hacer. Hay gente que se emperra en joderte la vida. Y eso me molesta en el alma.
¿No puedo subirme a un árbol y cagarme de la risa, aún teniendo dieciséis, dieciocho, treinta y cuatro años?
¿No puedo salir del baño y taparme con una toalla de Mickey?
¿No puedo comprarme un Kinder y armar el juguetito de adentro?
Claro que puedo. El tema es hacerlo sin que te señalen y se caguen de la risa.
Eso es lo que me genera un impaz en el alma.
Y eso es justamente lo que hoy quise transmitir.
Gracias por tu tiempo.

Juan.

domingo, marzo 26, 2006

24 de Marzo

Somos jóvenes y no lo presenciamos, pero el miedo inunda los ojos de nuestros padres, abuelos, tíos, conocidos cada vez que recordamos este tema. Y nosotros, los adolescentes de hoy teníamos, la gran mayoría, una pregunta en mente, “¿Será cierto?”.
Por diversas cuestiones no era respondida hasta, en muchos casos, este 24 de Marzo. Estos 30 años nos dejaron una respuesta, numérica, pero con un gran contenido por no decir completamente, abstracto. 30.000 personas hoy no están, son entes, N/N arrojados al río o mar o quemados en conjunto, “DESAPARECIDOS”. Uniformados entrando a la fuerza es lo último que vieron de este mundo exterior. Gritos y temor invadían sus casas. Amordazados, y encapuchados los dirigían hacia un infierno con forma de cárcel cuyos demonios poseían nombres y apellidos. Jorge Rafael Videla, Eduardo Emilio Massera y Orlando Ramón Agosti (1976-1981); Roberto Eduardo Viola, Armando Lambruschini y Omar Graffigna (1981); Leopoldo Fortunato Galtieri, Jorge Isaac Anaya y Basilio Lami Dozo (1981-1983).
Cambiando su nombre por números y sus esperanzas por resignación, esa bota formal suprime a estos oprimidos y los rotula como “Subversivos”.
Dictando lo que se podía o se debía pensar, este Golpe Militar inyecto el temor en la sangre de muchos de esos jóvenes adolescentes, sobre todo, que eran pura inocencia y que sin saber por qué razón muchos de ellos terminaban bajo un manto, torturados y en muchos casos asesinados. Volando del mapa como arte de una magia oscura, estos millares de seres humanos fueron alejados de sus afectos, sin la posibilidad de reclamar en su defensa o expresar sus sentimientos hacia esa gente que no iba a volver a ver nunca más.
Disfrazando este pánico bajo aquella excusa del “P. de R. N.” (Proceso de Reorganización Nacional) rondaban por las calles y callando a los que pensaban diferentes, se vestían diferentes o tenían una apariencia diferente y podían ser posibles terroristas que atentaban contra este suplicio que era llamado Estado. Pero la ironía siempre apareció, y durante este proceso, se combatió a este terrorismo con otro, para muchos, peor. Llevado a cabo por las Fuerzas Armadas, armadas claro, de injusticia y dolor.
16 de Septiembre de 1976, chicos, jóvenes, estudiantes de colegio secundario, reclamaban algo tan simple como un derecho de un boleto estudiantil, a cambio de eso, se les concedió el derecho de callar y formar parte de ese grupo extenso de Desaparecidos. Pablo Díaz, rompió el silencio cuando logró escapar de su captura y pasando por dos centro clandestinos de detención, denuncia a los militares de estos actos.
2 de Abril de 1982, el alcohol gobernó en esa fecha, prometiendo a todo un pueblo, algo claramente imposible, pero que fue festejado por tantas personas, inconcientes de lo que realmente pasaba, su espíritu patriótico, que colmó las plazas de Mayo y República, fue generado por una engañosa afirmación de que Las Malvinas volvían a nuestra legítima pertenencia, cruel mentira. Ese día se desató una guerra que no fue anunciada por un Galtieri lúcido, sino por una bota formal ebria inconciente y por unas Fuerzas Armadas descuidadas, desprevenidas y con baches profundos en sus planes, sus enceguecidas ganas de recuperar las islas y finalizar conflictos con Gran Bretaña desnudó miles de personas en cuerpo y alma, mandando al muere seres humanos que no deseaban participar en una guerra, ni tenían conocimientos bélicos, tanto que muchos tocaban un rifle por primera vez.
No faltó nada en estos trágicos e infinitamente dolorosos 7 años que duro este miedo destructor de Identidades y de una generación completa.
En el año 1978 se produjo el famoso onceavo campeonato mundial de fútbol con residencia en Argentina, como anillo al dedo, “la derecha se relamió”. Dio circo y pan al pueblo argentino quien hasta ese entonces no tenía conciencia de lo que sucedía en nuestro país. Mientras miles de argentinos gritaban y alentaban al seleccionado, otros miles de seres humanos eran secuestrados, torturados y asesinados en campos de concentración, alojados en diversos lugares como “El Olimpo”, “La ESMA” y también en comisarías de varias localidades.
Papel picado y cuerpos agotados caían al suelo simultáneamente.
Revistas italianas mencionaban cadáveres en las calles argentinas y nuestra gente no comprendía a que se referían. Este golpe militar estaba bien escondido hasta ese año.
Mucha gente que optaba por el exilio, o más bien, era forzada al exilio se preguntaba por la vida de sus afectos.
Con el pasar del tiempo la gente se empezaba a dar cuenta de que era lo que pasaba, se preguntaba por esas personas que ya no estaban, tenían miedo de expresar, de hablar sobre sus desapariciones. Rogaba por verlas volver y decirles lo que estos uniformados les privaron cuando asaltaron sus vidas y desaparecieron no solo su Identidad, sino sus descabelladas esperanzas de un nuevo mundo, uno mejor.
Los Desaparecidos, no eran gente armada contra el Estado, era gente con esperanzas, con sueños que deseaban cumplir. Que luchaban por un mundo mejor.
Pronto comenzaron a aparecer madres que deseaban reunirse con sus hijos, con esos N/N de la sociedad. Pero ellos no volvían. Las madres miraban con ojos llorosos, fotos de ellos, y esperaban como también hoy esperan, que estos, que hoy no están, vuelvan a aparecer. Pero a sus suplicas el presidente militar Jorge Videla mencionaba que dichas personas ya no estaban y negaba su existencia insinuando el cese de su búsqueda.
El proceso militar que se abordó luego del caótico gobierno de Isabel de Perón el cual era inestable por la sangre que se derramó por parte de los dos extremos peronistas: La izquierda peronista y la derecha peronista también denominada “Triple A” (Alianza Argentina Anti-Comunista); y "el E.R.P". (Ejército Revolucionario del Pueblo); tuvo otra cara que demuestra la insensibilidad de estos gobernantes uniformados. Martinez de Hoz, el entonces Ministro de Economía se refirió a las madres como las culpables de la desaparición de sus hijos por no cuidarlos, ¡por más increíble que parezca esta bota formal vivió!
No solo es criticable la violación de los DD.HH. (Derechos Humanos) entre los años 1976-1983 que se manifestó con la desaparición de estos tantos de personas a manos de militares, casi 9.000 registrados por la CONADEP (Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas), pero que hoy se confirman como más de 30.000. Sino, como en un aspecto menos amarillista este Golpe Militar que comenzó hace 30 años hoy tiene repercusiones en nuestro sistema político. Parece a propósito que nos quieren seguir arruinando aún cuando dejaron el liderazgo de nuestro país.
Principalmente fueron las Fuerzas Armadas las que generaron esa deuda externa que se convirtió aún mayor durante este período de terror, fueron ellos quienes hicieron la petición de dinero a un Fondo Monetario Internacional con el simple objetivo de invertir el dinero en armas que ayudaron esta ola de caos y muerte de la que se habla.
Como si fuera poco el ministro de economía Domingo Cavallo en un acto de imprudencia decidió estatizar esa deuda que se generó. Arruinando a muchas familias endeudándolas hasta la pobreza con el tan famoso “Corralito”.
Por supuesto no olvidándonos de el sistema de Estado neoliberal que fue iniciado por Martinez de Hoz y abordado luego del fracaso del Estado Benefactor, llevado a cabo por Raúl Alfonsín durante su presidencia democrática luego de finalizado el terror que acobardo a miles de personas. Esta nueva tipología de Estado fue continuado por el Dr. Carlos Menem, durante el cual se privatizaron las empresas pertenecientes a la República Argentina. Sin embargo lo mayormente criticable de este reinado de terror, sin lugar a dudas, fue el genocidio que se cometió a manos de insensatos ignorantes.
Los Desaparecidos no eran gente armada contra el Estado, era gente con esperanzas, con sueños que deseaban cumplir. Que luchaban por un mundo mejor.
Algunos eran bebés o madres embarazadas, otros hijos o padres, nietos o abuelos, estudiantes, jóvenes y adolescentes, curas y misioneros, ayudantes en centros estudiantiles, periodistas y artistas, personas inocentes, que llevaban un estandarte que desaparecía con el pasar de esta Dictadura, la justicia y la verdad. Estandartes que junto con la memoria hoy se promueve para que esto no pase “Nunca más”.