lunes, mayo 19, 2008

Muriendo - Renaciendo

Me matás cuando me mirás.
Me matás cuando respiras.
Me matás cuando soñás, cuando reís, cuando llorás.
Me matás.
Me matás sin cuidado.
Me matás sin pena, sin gloria, sin pensar ni actuar.
Me matás con tu sonrisa; cuando movés tu pelo; cuando me rozás, también me matás.
Me matás sin querer matarme... o queriendo.
Sin equivocarte un segundo, ni tardar un minuto.
Te veo y me ves, y me muero, y vuelvo a vivir.
Me quitás el aire, y no me queda aliento.
Me caigo en tu nombre una y otra vez.
Me empujan tus ojos una y otra vez.
Y tu risa ayuda una y otra vez.

Me matás, pero al segundo me tenés a tu lado.

jueves, mayo 08, 2008

Un mensaje en el cielo.

Surcando cielos de colores exóticos y formas desencontradas.
Rompiendo pechos sin sonorizar ni dudar.
Ruptura de muchos nervios, sensaciones, emociones, sentidos.
Ruptura que no desencadena más que lo positivo de uno.
Más nervios, sensaciones, emociones, sentidos.
Surca los cielos, y detiene el movimiento. Y moviliza la quietud.
Y corrompe la maldad, la hace escapar por un instante. Instante de varias horas, minutos, segundos. Instante más efímero que lo efímero mismo.
Se refleja en los ojos de cada uno, se siente en el aire pero solo cuando es tarde para preparse.

Es moverse y respirar un nombre.
Es refugiarte en una multitud y ver solo una cara.
Es caerse en un abismo y soñar estar de pie.

Es ser un trozo de cielo y sentirte surcado por otro.